viernes, 23 de enero de 2009

Fotos Viejas, de Roberto Fontanarrosa (Nada del otro mundo)

(Collage de Pablo Bernasconi)
Mirá Merce, mira ésta qué linda... Acá está Rosi, mira qué bien está. ¿Cómo cuál es? ...ésta, ¿cuál va a ser? ...la que tiene esa especie de bonete en la cabeza... Bueno, todas tie­nen esa especie de bonete en la cabeza, se ve que era una fiesta. Claro, era en la casa de Zulema, un cumpleaños. Rosi debía tener acá doce, trece años. A ver... no, no dice nada acá atrás... porque a algunas fotos yo les ponía la fe­cha detrás. No, a ésta no le puse nada. ¡Qué tonta!

Y ésta... ésta parece en Tanti ¿no? Sí, debe ser en Tanti ¿no ves los árboles? Sí, es Tanti. ¡Qué foto chiquita! No sé por qué antes sacaban fotos tan chiquitas, Rosi está con una amiga, parece Laura, la hija de Dora, de Dorita... Fue el año de la epidemia de poliomielitis, por eso habíamos mandado las nenas a Tanti.

Y éstos... ¿quiénes son?... Ah, es Polo, es Polo mi mari­do, ¿ves Merce?... ¡éste, Merce! ¿cuál va a ser? El de la campera de cuero. Está gordo acá. El otro es Glorio, el de poncho. Claro... Glorio, el esposo de Beba, era muy amigo de Polo, Siempre tan bien puesto Glorio. Lindo tipo de hombre.

¡Ay, acá qué chiquita Rosi! Mira, parece una muñeca. Era una muñeca Rosi cuando chiquita. Esos ojos, los bu­cles... éstos, éstos son los bucles, Merce. ¿Vos no ves bien? ¿Querés los lentes? Parece mentira que fuera tan chiquita ¿no? Era una preciosura, siempre me decían. No como Graciela, pobrecita. Gracielita siempre fue más feúcha, más poquita cosa, pobrecita. O será que al lado de Rosi no lucía tanto, no sé...

Acá estoy yo... ¡Ay, por favor, qué gorda que estaba! Es en la pileta del club. Del club Huracán, Merce... claro... Las otras chicas no sé bien quiénes son. Ha pasado tanto tiempo. Esta puede ser la chica de Medrano, pobrecita, que murió hace poco. Una chica muy inteligente, muy bien. Mirá cómo se usaba el pelo en esa época. ¡Ah, no! ¡Lo que pasa es que yo estaba gruesa de Graciela! Claro... si no po­día ser que estuviera tan gorda. Yo tenía una linda figurita. Sí, porque Rosi ya tenía tres añitos para cuatro cuando yo encargué a Graciela. Acá la han manchado con birome, pa­rece. Alguna de las chicas, Graciela seguro. Rosi no era de hacer esas cosas. Siempre fue más juiciosa.

Acá están las dos... ¿ves, Merce? ¿Ves Mercedes? Rosi y Gracielita. Y éste es el nene de Tola, éste de acá, el Ma­riano, que era la piel de Judas ese chico, ay, por favor... ¿No ves lo que te digo?... ¡Cómo se nota acá!... Rosi es más bonita, ya desde chica era más bonita, más graciosa. ¿No ves la nariz de Gracielita? Sacó la nariz del abuelo... ¡Lo que sufrió esa chica por la nariz hasta que se operó!... Pero no quedó muy bien. Polo no la quería operar por na­da del mundo... ¡ésta es la nariz, Merce!... La boca, la na­riz... Feúcha, pobre ángel...

¿Y ésta?... esta chiquita... no sé, parece que la hubie­ran cortado. Debe ser un pic-nic, será en Acebal, no sé... Sacan cada foto a veces...

Ahhh... acá estoy yo, ésta fue una fiesta en el Círculo de Aviación, ésta es la que yo te decía, Merce... Acá está Cuca, ésta, la de lentes negros, siempre tan elegante Cuca, tan arreglada, tan peripuesta. Y el de atrás es el gordo Santanbrossio, que fue socio del papi mucho tiempo. ¡Ay, mi­rá, acá está mamá! Claro, ésta es mamá... ¿Qué tiene en la cabeza? Un turbante, no sé... se ponía cada cosa en la cabe­za... Y éste ¿ves? éste, pobre, es Marcelo. Ya acá estaba mal ¿ves? ya estaba muy desmejorado... ¡Cómo se ponen amarillas las fotos! Yo no sé por qué se ponen amarillas.

Tía Ernestina... esta foto es del tiempo de Ñaupa... Que linda era tía Ernestina... Bah, no era linda pero era una mujer muy interesante. La que era linda era Morocha, la melliza de ella, que murió tan joven, pobrecita... una bronconeumonía, una cosa así, una de esas enfermedades que había antes, no me acuerdo mucho. O tifus habrá sido. Fue terrible, una tragedia...

Esta es la que te quería mostrar... la de la fiesta de gra­duación de Rosi. Acá no salió muy bien, qué raro, se ve que el fotógrafo la ha tomado mal, está cerrando los ojos... Esta que la tiene agarrada del brazo es Marilú, que prácti­camente hizo todos los estudios con ella... ¡Ah, las compa­ñeras la querían muchísimo! La adoraban. Tan buena alumna, tan aplicada, tan mujer en sus cosas. Y una chica tan estudiosa, nunca se llevó una materia a rendir. Bueno, yo creo que Polo la mataba si se llegaba a llevar a rendir una materia. Polo era muy estricto con el estudio. Pero Rosi jamás de los jamases se llevó una a rendir. Excelente alumna, de una conducta impecable... Cerró los ojos la tonta.

¡Ah, qué chiquito era el negrito acá!... Una fiesta en la casa de Morocha, la que lo tiene alzado es Leonor, la mu­jer que trabajaba en lo de Moro. Trabajó mil años... Y acá atrás está Lucrecia, comiendo, como siempre... ¡así está ahora, si la ves no lo podés creer!... ésta, ésta es Lucrecia, Merce... Ese que vos decís es Antonio, que era bastante borrachín. Buenazo, pobre, pero tan poca cosa...

Gracielita disfrazada... haciéndose la payasa... De chi­quita y ya de más grande le gustaba mucho hacerse la pa­yasa... Yo no sé, tal vez para llamar la atención... Es cierto que nosotros nos volcamos siempre mucho a Rosita pero, hay que ver que Rosi era la primera y un encanto de chica. Con Gracielita siempre fuimos mucho más liberales. Polo, incluso, que era tan severo con la mayor. Y así resultó, Gracielita ni siquiera terminó los estudios... ¿Gracielita? ¡No, no terminó los estudios! Fue un disgusto tremendo que tuvo Polo. No sé si eso no le produjo la hemiplejía, pero Gracielita no terminó los estudios. En realidad no terminó nada de lo que empezó. Rosi completó Declama­ción, Inglés, Francés, todo, y siempre bien. Graciela no... más vaga, más indolente... Parece mentira, dos chicas tan distintas... Siendo hermanas, digo...

Mirá esta chiquita... Polo junto a un auto... Es raro, nunca tuvo auto. Y con sombrero. Poco o nada usaba som­brero, es muy petiso para sombrero. Aunque antes se usa­ba. Parece acá en Rosario ¿no?... éste es el auto, Merce, és­te...

Mirá qué raro, Rosi con vestido de fiesta... Ah, no... ¡qué tonta!... Es la fiesta de quince... Porque a ella nunca le gustaron mucho los bailes. Es cierto que a nosotros nunca nos gustó demasiado que ella fuera, tampoco. No sé... siempre con Polo fuimos tanto de tenerla controlada, de saber dónde estaba... Mirá las cosas que ocurren ahora, que los padres ni saben dónde están los hijos... Con Gra­ciela fuimos más elásticos, debe ser que con los hijos me­nores es así. Con el primero una tiene siempre más cuidados. Graciela iba siempre a los bailes, a esos asaltos, era más alocada. Buena, pero más alocada. Rosita no, siempre con nosotros, que hasta yo le decía: "Salí nena, anda a to­mar un helado, a dar una vuelta, cualquier cosa". Pero no era de salir, le temía un poco al control del padre. Me pa­rece mentira que ahora esté en Europa, tan lejos ¿no?

Ah... mirá Tola... ¡Qué loca era Tola! Siempre tan mandona, tan tipo sargento de caballería. Muy enérgica, muy tirada para atrás. El Negro siempre la cargaba. "Sar­gento de caballería" le decía. Nos hacía reír Tola. Tenía algunas salidas, algunas ocurrencias...

Estas son de las últimas... Gracielita y el marido, antes de irse de luna de miel a Europa. ¡Se casó muy bien Gracielita! El muchacho es bioquímico, una eminencia, mirá vos. Un muchacho muy serio. La llevó a Europa de viaje de bodas. Mirá qué suerte...

Y ésta, ésta es la que te quería mostrar, Merce... Me la mandó Graciela desde allá, parece que es sacada de una revista ¿no? parece cortada de una revista. Me escribía que es de Suecia o Noruega, o uno de esos países de por allá... ¿ves Merce?... ésta es Rosi, se ve claramente que es Rosi, y está con un negro, ves, parece un negro... Esta es la pierna del negro... y esto... esto... no sé... esto debe ser el brazo del negro... ¿no?... esto digo yo, es algo confu­sa... ¿ves Merce?... esto te digo... ¡También, mirá a quién le pregunto!... Esto seguro que es un brazo, y esto es la pierna de Rosi, una de las piernas, y el negro está como trepado, no sé... Es rara, rara la foto, se la ve contenta a Rosi, ella me escribía que estaba muy bien allá, estaba chocha... Acá hay otra pierna...

Acá está Polo con el Sultán, pobrecito. Lo tuvimos como once años. De cachorro era un pompón, me acuerdo... ¿ves Merce?... éste, Merce, éste es Polo... Sí, no era de sonreír mucho, pero date cuenta que ésta es de des­pués de la hemiplejía... ¿ves Merce?...

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